29 de septiembre de 2010

El problema de los ácidos grasos trans y su influencia en la salud cardiovascular

El problema de los ácidos grasos trans y su influencia en la salud cardiovascular

Al no tener artículos o noticias nuevas, y ya cansado del tema de la rosiglitazona, he buscado en mi archivo algún tema que me interesara. Este que saco a colación me interesa enormemente y he hecho alguna sesión clínica al respecto.
Los ácidos grasos trans, algo muy difundido por los medios de comunicación pero poco conocido. A raíz de un interesante artículo que me facilitaron ya hace un par de años y de haber escuchado al primer firmante, el Dr Dariush Mozaffarian en unas Jornadas de la Fundación Lilly el año pasado sobre Nutrición, alimentación , lípidos y arteriosclerosis, que me dejo impresionado, es por lo que hago un sucinto comentario y recomiendo vivamente la lectura de dicho artículo (lástima que no sea accesible sin suscripción)
Los ácidos grasos trans, puestos recientemente de moda, no son más que ácidos grasos insaturados (es decir de origen vegetal, básicamente del ácido oleico, de ahí su confusión) con doble enlace en posición trans. Unos ácidos grasos que se genera en el medio natural por bacterias en el estómago de los rumiantes en pequeñas proporciones (carnes, derivados lácteos) pero que por medios artificiales a partir de la hidrogenización de aceites vegetales permite crear grasas semisólidas que son aprovechadas en la fabricación de productos alimentarios (margarinas, alimentos preparados, frituras…). Estas grasas además tienen mayor vida media, son más estables y su consistencia las hace más aptas en la manufactura alimentaria. Suponen, según el artículo de Mozaffarian D et al que traemos a colación, el 2-3% de las calorías consumidas en EEUU, en forma de comida rápida, alimentos envasados, aperitivos, margarinas… cuando de manera natural solo ingeriríamos un 0.5%. Las recomendaciones actuales es no consumir más de 1% del total de energía diaria (Dietary Guidelines Advisory Committee)
El problema como demuestran estos investigadores es que el consumo de estas grasas incrementa el riesgo de enfermedad cardiovascular, el síndrome metabólico y la diabetes, por su relación, entre otras causas, con el metabolismo lipídico (aumenta las LDL, que las hace más pequeñas y densas, y los niveles de triglicéridos y reduce las HDL-c), con la inflamación sistémica (aumento actividad de marcadores inflamatorios) y la disfunción endotelial…
Entre otros datos que aportan, señalan que según diversos metanálisis el consumo de ácidos grasos trans por encima de 2% de la energía diaria incrementaría el riesgo cardiovascular en un 23%.
Concluye al artículo con un repaso de la situación actual alimentaria proponiendo una serie de alternativas para evitar este tipo de grasas.

Mozaffarian D, Katan MB, Ascherio A, Stampfer MJ, Willett WC. Trans Fatty Acids and Cardiovascular Disease. N Engl J Med 2006; 354:1601-1613

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